29 de abril de 2012

Piedras, baches y charcos.


Hay etapas en las que la vida nos pone piedras, en otras ocasiones nos pone baches de distintos tamaños en nuestro camino; puedes quedarte mirando hacia esos puntos esperando a que se muevan por si solos o puedes decidir la forma de sortearlos: puede ser saltando sobre ellos, puede ser rodeando las materias y puede que después de haber sorteado uno de esos puntos te encuentres otro bache u otros baches combinados con agua formando uno o varios charcos, entonces, la cosa se complica, ves las cosas grises y te haces preguntas esperando obtener una respuesta y con la esperanza, otra vez, de que ese objeto se mueva por sí solo pero esto no sucede y te encuentras en el mismo punto que anteriormente, puedes elegir rodear el charco o saltarlo y si lo saltas te puedes caer en él, mojarte y llenarte de barro pero, si esto sucede, no pasara nada, lo habrás intentado, habrás ganado una experiencia más en la vida por que cuando salgas del charco, mojada, sucia, llena de barro, podrás caminar sobre el charco, ya no serás la misma persona, habrás evolucionado, habrás crecido y verás y sentirás una fortaleza dentro de tí tan grande que te verás con el ánimo y la fuerza suficiente como para poder con todo aquello que la vida te ponga por delante. 

SIEMPRE PODEMOS ELEGIR como queremos afrontar los sucesos que la vida nos pone delante de nosotros, la diferencia entre el optimismo y el pesimismo es la actitud. 

Yo elegí caminar sobre el charco.

Las cosas negativas que nos ocurren en la vida son para aprender de ellas, las cosas positivas para disfrutarlas.

 Un abrazo de todo corazón, 

 Estela Mansilla.

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